¿Es la felicidad alcanzable?

Cada uno de nosotros puede tener una concepción distinta en relación a lo que a cada uno lo HACE o lo HARÍA feliz. Las siguientes preguntas están orientadas a que con ellas puedas preguntarte internamente y así conocerte un poco más a ti mismo respecto de lo que para ti es la felicidad.  

  1. Puedo creer que para ser feliz necesito, por ejemplo, bajar de peso, tener mucho dinero o tener una buena relación de pareja. Pregúntate: ¿puedo ser feliz aún sin conseguir aquello?. Si puedo serlo entonces mi felicidad es más profunda y no depende de conseguir o no aquello que deseo o incluso que necesito. Es decir, aun cuando sienta malestar por no obtener aquello, soy de igual forma pleno en mi interior. Si no puedo serlo, entonces ¿debería luchar por aquello que creo necesitar?.

2. Si defino mi felicidad en términos de lo que deseo o necesito, entonces me veré pronto en una nueva frustración, ya sea por perder aquello conseguido, por miedo a perderlo o por no poder conseguirlo. Mi felicidad entonces dura lo que sea posible disfrutar lo obtenido y cuando ese alivio o disfrute cesa, yo me sentiré nuevamente incompleto, insatisfecho.¿Será la felicidad un estado momentáneo o será algo que puede ser completo y permanente en nuestro interior? o ¿acaso está compuesta de ambas?. ¿Qué me impide realmente ser feliz en este mismo momento?. 

3. Si mi felicidad no es lo que deseo ni lo que creo necesitar, ¿será acaso una consecuencia de estar llevando a cabo mi propósito, aquello que es significativo para mí y mis circunstancias?, ¿sé lo que realmente es importante en mi vida?. ¿La felicidad será acaso la sensación de satisfacción de significado, más que el placer que dura un momento?.

Te comparto mi opinión para tu propio análisis: la felicidad o plenitud es un estado permanente en nuestro interior, que es natural desde nuestra infancia. Sin embargo en el proceso de desarrollo se presentan interferencias que nos van desconectando de percibir quienes somos. La infelicidad sería entonces, según mi visión, una interferencia u obstáculo interior más que exterior. Las experiencias externas, aunque sean dolorosas, si estamos bien conectados con nuestro sí mismo, no podrán activar el dolor con formas de infravaloración hacia uno mismo o hacia otros. Veremos en su correcto contexto aquello doloroso que nos ha sucedido, pudiendo contenerlo con la totalidad de quienes somos. Por otra parte, las experiencias de placer, desde este estado, se agradecen pero no se cae en una obsesión por conseguirlas.

4. ¿Consideras difícil conseguir y mantener ese estado interno natural de felicidad? Nuestra conciencia condicionada en ocasiones puede presentar aberturas a través de las cuales pueda percibir la propia luz interior y así recordar su estado natural. Mientras más vayamos conociendo y disolviendo nuestros patrones condicionados, mayor es el grado de apertura y capacidad para sostener nuestro interior, nuestra totalidad. Necesitamos nuevas reestructuraciones en nuestro funcionamiento (en nuestra personalidad) para sostener cambios orientados a la conexión profunda con nuestra esencia. Eso es expandir nuestro autoconcepto y nuestra conciencia, alineándola con totalidades cada vez más abarcativas y complejas.

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